Bisbal supo dar lo mejor de sí mismo en un espectáculo muy llamativo.
.Foto: TERESA AYUGA

TW
0

NICO BRUTTI

«Buenas noches Mallorca, es un gusto estar aquí, ésta es una bonita tierra y, por fin, puedo saludarles a todos». Así comenzaba ayer el concierto de David Bisbal en el Coliseo Balear a las 22.00 en punto de la noche. Minutos antes, mientras los y las fans esperaban su salida a escena, 10.000 pares de brazos hacían la ola y gritaban «¡Bisbal, Bisbal!». El público femenino ganaba por goledada.

Vestido con una camisa roja, pantalones vaqueros, y zapatillas deportivas con plataforma, el joven cantante comenzó el defile de canciones con «Solo», para continuar con «Desesperadamente mia». Con los temas conocidos por todos llegaron los gritos de admiración.

La plaza de toros de Palma vibró anoche como en pocas ocasiones. Diez mil seguidores del primer ganador de «Operación Triunfo» disfrutaron como nunca con todo lo que este artista pop ofrece. Montado sobre un enorme escenario de 16 x 16 metros, con dos alas anexas a ambos lados, David Bisbal hizo cantar, emocionar, bailar y aplaudir a la multitud de jóneves congregadas en el Coliseo Balear. Dos pantallas gigantes acercaban su imagen al público.

El concierto, que forma parte de su Bulería Tour 2004, y que recorrerá más de 70 ciudades a lo largo de 140 días, representó para los fans del almeriense tocar el cielo con las manos.

Minutos después de las diez de la noche, al finalizar «Solo», la oscuridad se iluminó con una cascada de diminutos puntos de luz. El bum bum de los más de diez mil corazones sonaron y latieron como nunca. Gritos y aplausos fueron silenciados de golpe por los 150.000 watios de sonido. Cuando cantó el primer plato fuerte de la noche, «Corazón latino», acompañado por una bonita coreografía, llegó el paroxismo. Y la fiesta continuaba.