Unas estructuras de piedra tardorromanas, que en principio se
han datado entre los siglos III y IV después de Cristo, son la
última sorpresa de las excavaciones que se llevan a cabo desde hace
un año en un solar de sa Calatrava, en Palma, en la zona de d'alt
murada, donde se está construyendo un edificio de viviendas.
Se trata de un terreno en el que también se descubrió un
cementerio del siglo XIV que, de momento, arroja un saldo de 210
enterramientos.
Los individuos que ocuparon las fosas fallecieron víctimas de la
peste de 1348. La zona, que era el huerto del convento de las
clarisas, fue utilizada como cementerio a causa de dicha
epidemia.
«Debajo de los enterramientos están saliendo estratos de tierra
con material romano, teja, restos de ánforas y, de vez en cuando,
algún trozo de cerámica sigilata», cuenta la arqueóloga Maria
Llinás, quien participa en la excavación desde su inicio. Francisca
Torres es la directora de la misma.
Estas estructuras tardorromanas están construidas a base de
piedra y mortero de cal, «el mismo que se puede encontrar en
Pollentia», apunta Llinás quien, de momento, no puede ofrecer más
datos. «Los primeros sorprendidos fuimos nosotros», comenta. Joan
Josep Mas, director insular de Patrimoni Històric, afirmó que «el
CIM estará pendiente, pero no nos pronunciaremos hasta el fin de la
excavación».
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