El concierto de Alejandro Sanz celebrado el pasado jueves en el
Lluís Sitjar se vivió de una manera muy intensa e inquieta,
especialmente por las fans. Las seguidoras más acérrimas del
cantante empezaron a hacer cola al mediodía, por lo que la jornada
se les hizo muy larga debido a la hora y media de retraso que
sufrió la actuación. El resto vivió la espera de una manera más
tranquila. Un fallo en el generador de reserva fue la causa de la
demora.
«Durante la tarde probamos el generador pero, cuando llegó el
momento de empezar, nos falló», afirmó Miquel Jaume, de Trui, la
empresa encargada de la organización. En total había cinco
generadores que habían sido subcontratados a una empresa. El que
falló estaba destinado a cubrir las pantallas, el cañón de
seguimiento y algunos efectos. «Cuando vimos que no podíamos
arreglarlo, fuimos a buscar otro». De ahí la tardanza. «Decidimos
empezar cuando vimos que la espera se hacía excesiva. A los pocos
minutos llegó la pieza y las pantallas se pusieron en marcha».
A lo largo de todo el concierto se registraron entre 45 y 55
desmayos y lipotimias, según los datos que facilitó la Cruz Roja.
Dos asistentes tuvieron que ser evacuadas en ambulancia debido a
una lipotimia más grave. Los desmayos se dieron principalmente
entre la gente que ocupaba las primeras filas debido al fuerte
calor y a la larga tardanza. Durante la espera no pararon de pedir
agua para calmar el calor, una petición que se solventó mojando a
las fans con una manguera.
En las gradas la gente estaba más tranquila y no sufrió ningún
tipo de accidente, a excepción de un niño que tropezó y se cayó por
las escaleras dándose un golpe en la cabeza, por lo que fue
atendido por la Cruz Roja.
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