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El arte contemporáneo mostró anoche su cara más vanguardista en Cala Sant Vicenç. En su quinta edición, el acontecimiento de arte contemporáneo Nit Niu abordó el mito del náufrago en una serie de diez acciones e intervenciones efímeras.

Los hermanos Frank y Olivier Turpin ejecutaron en el mar su performance «Des ronds dans l'eau», un naufragio provocado por su propia voluntad artística. También en el agua se presentó la obra de Clara Montoya, un luminoso carrusel que introdujo la idea del recuerdo en el tiempo. Muy cerca, la palabra «Visible» flotaba, confrontándose con la «Invisible», instalada en la arena, por obra de Chema Alvargonzález, en un intento de evocar el pasado histórico y el futuro desconocido.

Por su parte, Tamara Arroyo introdujo, en forma de cabaña, los sueños y necesidades de un náufrago; mientras que Manolo Dimas destapó el mensaje de la botella en sendos lienzos.

«Mosques de foc», de Lisa Cheung, conectó lumínicamente la playa, y «Six Banners», de Marck Titchner, promulgó lemas sobre la fragmentada naturaleza de la vida.

Por último, hubo señales de humo de la mano de José Luis Vicario, y una auténtico rastreo en busca de un ser extraño, vieja leyenda pollençina.