El Centre Cultural Contemporani Pelaires acogió una de las paradas del paseo institucional.

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Galerías repletas, otras menos, calles muy concurridas y mucha gente callejeando. La VII Nit de l'Art estuvo repleta de sorpresas y novedades, con nuevas incorporaciones y muchas galerías no asociadas que se apuntaron a la fiesta que inauguraba la temporada artística. Los nuevos espacios destacaron por la alta respuesta de los ciudadanos, atraídos por propuestas innovadores.

Los actos empezaron con una comida en la Fundació Pilar i Joan Miró a la que acudieron galeristas, artistas y responsables de los espacios de arte. Los actos centrales, sin embargo, se iniciaron cuando, a las 20.00 horas, las galerías abrieron sus puertas con nuevas propuestas. Unas propuestas variadas y que contaron con otra novedad: el cambio de ruta del tradicional paseo institucional. En esta ocasión, los políticos se dieron cita en la Sala Pelaires. El conseller de Cultura del Govern, Francesc Fiol; la consellera de Cultura del CIM, Dolça Mulet; el concejal de Cultura de Cort, Rogelio Araújo; Catalina Sureda, directora general de Cultura del Govern, o Guillem Ginard, director insular de Cultura, entre otros, empezaron el recorrido ante las obras de Natxo Frisuelos. Junto a ellos, Gabriel Janer Manila, quien se estrenaba en el evento como presidente del Institut d'Estudis Baleàrics.

Vía Verí, con el Centre Cultural Contemporani Pelaires y la galería Joan Guaita, fue un punto clave de la noche. Allí, los cuadros de Campano en el primero y el «Recordatori» de Teresa Matas en la segunda acogieron a los asistentes. Una Teresa Matas que no paró de explicar a quien se lo preguntara, como por ejemplo, Janer Manila, qué expresa su obra.

El Casal Solleric se convirtió en uno de los lugares más concurridos de la noche. Allí, la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer, brindó junto al conseller d'Interior, José María Rodríguez, Joan Oliver «Maneu» y otras autoridades. Junto a ellos, y disfrutando de la noche, los concejales María José Frau, José Manuel Sierra o Maite Jiménez; los miembros de la oposición en Cort Pere Muñoz o Toni Roig o los artistas Guillem Nadal, Rafa Forteza, Cris Pink o Pep Llambías, entre otros. Fuera, en el Born, un grupo de artistas realizaba una acción destinada a dar a conocer su arte. «Queremos demostrar que a pesar de no tener galerista existimos», dijo «Marodo». En el Balaguer, por su parte, pudo verse al ex president del Govern, Francesc Antich, y a la ex consellera de Cultura del CIM, Maria Antònia Vadell.

Este año se echó de menos que el Centre de Cultura Sa Nostra inaugurara y ofreciera algún concierto o una performance como la del año pasado. El patio se mostró bastante desangelado y, con él, la esquina que forma con la Joan Oliver «Maneu». Dentro de las dos «Maneu», el nuevo espacio y el de siempre, el público, más mayoritario, contemplaba las creaciones de Joan Bennàssar.

Nuevos espacios como el Aba Art Contemporani sí tuvieron una respuesta masiva. La nueva galería abrió sus puertas con «La gama del azul» de Bibiana Ferro. A su lado, Roland Fischer estrenaba el nuevo espacio de la Maior en Palma y Bernat Sansó mostraba sus «Múltiples» en la Ferran Cano. La Resistencia completó la oferta de esta zona que empieza a emerger como centro artístico.

Como el año pasado, la capilla de La Misericòrdia acogió a las galerías de la Part Forana, además de un concierto muy concurrido de Cap pela. La Bennàssar de Pollença mostraba obra de José Luis Pujol, Luis Vidal, Amelia García y Miquela Nicolau; la Marimon, de Jordi Poquet, Rafel Perelló, Alaminos y Cristina Escape y el Centre Cultural Andratx, que también se estrenaba, de Peter Bonde, Frank Nitsche, Martin Parr y Tal R.

La Fundació la Caixa y sus «Ficcions documentals», que acompañó con un concierto de Paloma Berganza y Horacio Icasto; la Gabriel Vanrell con Tomeu Coll; la Lebasi con la pintura de Miquel Segura y las esculturas de Gorriomoixa; la Mediterrània y Luis Vidal; la Altair y Fernando Fuster y la Xavier Fiol con las fotografías de Joan Fontcuberta fueron otras de las propuestas de la noche.

Una noche que demostró que hay una zona artística emergente ubicada en torno a Es Baluard.