El futuro de la cultura pasa porque no sea entendida según los
patrones mercantiles que preconiza la Organización Mundial de
Comercio (OMC). Así lo explicaron ayer los periodistas y escritores
Ignacio Ramonet, director de «Le Monde Diplomatique», y Ramón Chao,
redactor jefe de Radio Francia Intercontinental, que inauguraron el
«Diáleg: compromís amb la cultura» que organiza la Fundació Sa
Nostra.
La mercantilización de la cultura, explicó Ramonet, «la
introduce en la lógica de la oferta y la demanda, que es lo que
quiere la OMC, lo que significa que no se pueda distinguir una obra
de teatro de un producto económico como, por ejemplo, unos
zapatos». Una forma de salvar y apoyar la cultura sería la
excepcionalidad cultural que existe en Francia desde la época
Miterrand. Para ambos expertos, la cultura no tiene que ser
sometida al rasero del «beneficio económico» por lo que asumen que
ésta sea «deficitaria» y, sin complejos, apoyan que sea
«subvencionada», puesto que «tiene relación con la identidad».
«La cultura libera, no encierra», apuntó Ramonet, por lo que,
para estos intelectuales, no debe someterse al «sacrosanto
principio del beneficio».
En un día, el de ayer, en que el mundo permanecía atento a las
elecciones presidenciales en Estados Unidos, también se habló de
ésta cuestión en el encuentro que ambos mantuvieron con la prensa
local. Utilizando palabras del músico Manu Chao, su hijo, Ramón
Chao apuntó que «todos deberíamos poder votar» en las mismas puesto
que su resultado «nos afecta a todos». Y el triunfo de Kerry,
aunque «no cambiaría» el estado de la cuestión mundial
significaría, al menos, «un cambio psicológico» que modificaría el
actual clima de tensión y daría lugar a una «atmósfera más
conciliadora».
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