El día que le encargaron la dirección y presentación de un
programa de televisión sobre literatura Emilio Manzano pertenecía
al 0,7 por ciento de españoles sin televisor. El mallorquín acaba
de ganar el premio Ondas por «Saló de Lectura», un programa de la
cadena municipal Barcelona TV. Formado en el colegio Luis Vives y
en el instituto Ramon Llull de Palma, llegó a Barcelona a los 20
años para estudiar Filología. Allí vive desde entonces.
-¿Cómo llegó a la dirección de un programa de televisión
sobre literatura?
-Siempre me he dedicado a escribir para la prensa. Realicé
reportajes sobre moda, cultura y toros. Entré en el mundo de la
tauromaquia a través de la palabra. Entonces, me propusieron un
espacio televisivo sobre libros.
-En «Saló de Lectura», el ritmo lo marcan los
invitados.
-Creo que el protagonismo lo tiene la palabra. No hacemos pausas
para intercalar imágenes. Además, es en directo. Un periodista es
un intérprete de la curiosidad pública, un intermediario. Intento
saber lo que le interesa al público. Trabajo en una televisión
pública y debes dar algo a la gente que te paga.
-No ejerce de erudito. A veces, utiliza sin reparos
algún barbarismo.
-Hablo en la televisión como lo hago normalmente. También utilizo
el mallorquín. Lo más importante es que leemos con rigor los libros
que comentamos. Nunca hablo de un libro sin haberlo leído. Mi
sueldo procede de los impuestos de la gente y no puedo
estafarla.
-Usted habla de libros para terminar hablando de la
vida. ¿La literatura es vida o viceversa?
-Me he aburrido mucho escuchando programas de libros. Se debe
hablar de lo que hay dentro de los libros, no del envoltorio.
Hablar sobre géneros literarios o de la construcción de una novela
es algo que ya hice cuando estudiaba. Nosotros hablamos de la vida,
algunas veces de meteoritos, otras de las guerras carlistas, de la
locura o del amor.
-Cada vez hay más títulos en las librerías. ¿Cuál es el
estado actual de la literatura?
-Como lector, es imposible abarcarlo todo. Si se leyera tanto como
se edita, sería perfecto. Entrar en una librería provoca
frustración. Se publican obras flojas con demasiada facilidad.
Antes era difícil publicar un libro. Ahora, las editoriales buscan
presuntos éxitos y van a ciegas. No piensan en los lectores. Editar
un libro es ahora muy barato.
-¿Cuál es la mayor barrera que debe superar un programa
cultural de televisión?
-Los prejuicios que tiene la gente sobre los programas de cultura.
Me refiero tanto a los directores como al público. Las cadenas los
tienen como una cuota que deben cumplir sin creer en ellos. Y los
espectadores están escarmentados con tanto aburrimiento.
-¿Qué poderes se otorgan a la literatura?
-El principal es el de la evasión. El hombre siempre ha necesitado
poesía para trascender. Además está la educación, que no hay
verdades absolutas y el único juez es uno mismo y sus principios.
Dudo de las campañas oficiales para promocionar la lectura porque
no creo que los gobiernos quieran tener ciudadanos críticos, con
una opinión propia.
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