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JOAN CASTELLS

El drama de la inmigración y el desengaño tras la llegada a un paraíso perdido es el eje central de «El cant de la sirena», obra de Manuel Veiga que hoy se estrena en el Teatre del Mar. El montaje, una coproducción de Jar Teatre y Teatre de Ponent, permanecerá en cartel hasta el próximo 14 noviembre.

«Es una obra metafórica sobre las fábulas de los cantos de las sirenas que seducen a los marineros para arrastrarlos hasta un final trágico. Ésta es la imagen que tienen los inmigrantes que, deslumbrados por hacerse ricos, se adentran en un país en el que ya nada es lo que era», afirmó Veiga. El montaje de desarrolla en el Eden Concert, un local abandonado que rinde homenaje a «la Barcelona abierta y canalla, la ciudad que vivía de noche alrededor de los cabarets y music-halls de la calle Paral·lel», apuntó Xus Estruch, protagonista de la obra con el papel de Lucumi, una conocedora del tema tras trabajar en El Molino. Allí vive esta estrella cubana, musa de un escritor que «no termina nunca el relato que ella le inspiró». Mientras espera un futuro sin documentación, llega al teatro la Gitana, «símbolo de la inmigración».

La eclosión de los dos personajes, en distintas situaciones pero atadas a un mismo destino trágico y con mucha hambre de público y éxito, desarrolla y canaliza el montaje. Los actores Teresa Urroz, Inmaculada Bracons y Santiago Sans completan el reparto. La obra se estrenó en la última edición de la Fira de Teatre al Carrer de Tárrega y su texto recibió el Premi Manuel de Pedrolo «Ciutat de Tárrega» en el año 2003.