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Irreverentes ante la dictadura musical que marca la globalización, La Búsqueda ha vuelto al mercado discográfico con un cuarto trabajo de excelente factura, marcado por una sensibilidad libre de modas y etiquetas. El gusto por un intimismo no ausente de estímulos externos ha dado forma en «Los Penitentes» a un álbum que prioriza la sonoridad acústica alcanzada por la formación en sus inicios y cuyos trece temas lucen impregnados de visuales y atemporales paisajes melódicos.

Publicado en estrecha colaboración por Available Recordables y Grabaciones del Mar, la musicalidad de «Los Penitentes» responde, según Xisco Vich, alma mater de La Búsqueda, «a la fascinación por el mestizaje de la música que los españoles llevaron a América». No obstante, esta esencia hispana adquiere múltiples lecturas en sus letras. Si la canción que da título al disco es una reflexión sobre «la cruz que todos llevamos a cuestas dentro del caos al que estamos sometidos en esta sociedad»; otros temas como «Pimientos rojos», «Tambores de Boabdil» o «Mi duende» son un canto de añoranza «al espíritu lorquiano que España está perdiendo en su proceso de europeización».

Aunque el último disco de La Búsqueda se ha hecho esperar casi ocho años, tras tres elepés publicados desde finales del los ochenta -«La Búsqueda» (Dro, 1989), «La rueda de la fortuna» (Dro, 1992) y «Psicolatin» (Eternal Turn, 1996)-, sus miembros han dejado patente su actividad en otros territorios colindantes. En el año 2000 volvieron a pisar un escenario en aquel primer y añorado Isladencanta. Un año más tarde ganaron el premio a la mejor banda sonora en el Festival de Sitges con el cortometraje «Zu Verkaufen», de Pere Salom. Ya en el 2002 editaron un cd single, «Las cosas que no se ven» (Isladencanta Records), cuya presentación les llevó de gira por las principales salas de la Península como teloneros de Gorky's Zygotic Minci.