La remodelación de las tres salas de la Torre de l'Homenatge del
Castell de Bellver, iniciada en 2001, ha supuesto la recuperación
de un centenar de grafitis parietales del siglo XVIII. Estos
incisos murales fueron realizados por los prisioneros encarcelados
allí durante la Guerra de Secesión con el objetivo de constatar el
carácter agresivo de la realidad de la época. La alcaldesa de
Palma, Catalina Cirer, inauguró ayer este hallazgo, que se mostrará
al público previa reserva.
La directora del castillo, Magdalena Rosselló, subrayó que
durante el período de restauración y remodelación no sólo se
recogieron los grafitis que estaban a la vista, sino que se
descubrieron una gran cantidad que habían permanecido ocultos en la
escalera de caracol que une las tres estancias de la torre. Los
motivos incisos en la piedra representan espectaculares galeones
con las troneras de los cañones abiertas, así como los cañones
mismos en tierra. En otra pared se puede observar una paloma de la
paz al lado de una águila bicéfala, símbolo de la Casa de Austria,
fiel exponente del final de la guerra entre los Borbones y los
Habsburgos (Paz de Utrecht, 1714).
Los ahorcados son otro tipo de motivo, así como cruces, zapatos
y firmas de los condenados en prisión. Entre ellas destacan la de
Andreo Bernal, encarcelado en 1714, como consta en una inscripción
de la escalera y al que responde la autoría de la mayoría de los
grafitis. Para su exhibición, los responsables del Castell de
Bellver han confeccionado una interesante puesta en escena en la
segunda sala de la torre, donde se ubican la mayoría de los
trazados murales. Los visitantes entran en la estancia,
absolutamente a oscuras.
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