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El Archiduque Luis Salvador padeció acromegalia, una enfermedad que produce exceso de hormona del crecimiento. Ésta es la conclusión del «Ensayo biológico sobre el Archiduque Luis Salvador» que ayer presentó el doctor José María Sevilla en la sede de las Reales Academias de Estudios Genealógicos, Heráldicos e Históricos y de Medicina de Balears.

El doctor Sevilla llegó a esta conclusión tras estudiar la necropsia que se le realizó al Arxiduc tras su muerte y tras comprobar sus rasgos físicos y las patologías que sufrió. «Si observamos las fotografías de su persona, puedo describir los siguientes rasgos: cabeza grande, aumento de los arcos superciliares, nariz gruesa y ancha, labios gruesos, abultamiento de los pómulos y gran desarrollo del maxilar inferior».

Unos rasgos que son fruto de la acromegalia, una enfermedad que «se manifiesta cuando el enfermo ya no puede crecer más, después de la pubertad». En el caso del Arxiduc, «no creció longitudinalmente, si no en anchura. No fue obeso y, por tanto, no aumentó tanto su depósito de grasa en el panículo adiposo, si no que sufrió engrosamiento de diferentes tejidos blandos y de los huesos».

«Las recientes investigaciones del genoma humano y genética molecular aportan que la acromegalia está producida por una delección de la región 11q13 del cromosoma 11, por activación de mutaciones en el gen GNAS1». Por tanto, se trata de «una enfermedad de origen genético» que, en el caso del Arxiduc, apareció de muy joven. Sin embargo, «cuando se manifestó de forma clara esta patología fue hacia los 40 años, llegando a tener a los 60 una figura grotesca».