Los responsables de la feria de arte de Colonia, Art Cologne,
quieren abrir sus fronteras y llegar hasta Palma. Así lo
confirmaron ayer en Madrid su director, Gérard A. Goodrow, y el
galerista Pep Pinya, que ha entrado a formar parte del comité de la
misma. A la capital, donde se celebra la Feria Internacional de
Arte Arco, viajó ayer el president Jaume Matas junto a los
responsables de Cultura del Govern, Consell y Cort para apoyar a
los galeristas y artistas baleares con un cóctel en el recinto
ferial.
Goodrow adelantó que «se está trabajando en el proyecto», que no
es a corto plazo porque para que se materialice «es imprescindible
que se haya construido el Palacio de Congresos», dijo Pinya. La
intención de Art Cologne, que así se expandiría como ha hecho la
feria de Basilea creando Basilea-Miami, es la de presentarse en
Palma en 2006 con un gran evento artístico integrando a galerías,
museos e instituciones y, posteriormente, inaugurar Art
Cologne-Mallorca. Durante el cóctel, Matas fue informado de la
propuesta por Goodrow.
Minutos después, el president, que condenó el atentado del día
anterior, se comprometió a iniciar una línea de apoyo en el
exterior el mercado del arte balear ligada al turismo. El cóctel
organizado ayer en Arco fue el primer «grano de arena para ayudar».
Matas reconoció el «mérito y esfuerzo» de los galeristas por llevar
el arte fuera de las Islas acudiendo a ferias, y les calificó como
«un sector privado inquieto que lucha por abrirse camino». También
destacó la «calidad y cantidad» de las galerías baleares presentes
en ARCO y su intención de establecer un puente con esta feria para
que un galerista balear «entre en su comité». Ayer tenía previsto
hablar de ello con su directora, Rosina Gómez-Baeza.
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