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Alexandre Skurko, director del Museo Nacional de Historia de Rusia y ex ministro de Cultura de su país, y Tamara Igumnova, subdirectora, recorrieron ayer Es Baluard donde se interesaron intensamente por su arquitectura, su fondo de arte y funcionamiento. Ambos se encuentran en Mallorca para seleccionar los retratos de niños de la Fundación Yannick Vu & Ben Jakober que se expondrán en diciembre en dicho centro.

Como responsables de un museo de titularidad estatal que ocupa 6.000 metros cuadrados, tiene una colección de 4.500 objetos que abarcan desde la antiguedad hasta el siglo XIX y ocupa un edificio del XVIII que ya fue construido para albergar un museo, se sorprendieron mucho con el funcionamiento de Es Baluard, impulsado por cuatro entidades, una privada y tres públicas. «El entusiasmo de los fundadores por llevarlo adelante es algo que valoramos muy positivamente» ya que es una forma de gestión desconocida en su país, donde la participación de la iniciativa privada en el arte es «mínima» a pesar de la existencia de «muchos nuevos ricos, a los que intentamos inculcarles que deben apoyar la cultura, lo que no está ocurriendo», decía Alexandre Skurko.

Tanto les gustó la arquitectura del edificio que les «encantaría que los arquitectos que lo diseñaron fueran a Moscú para asesorarnos, darnos ideas» sobre la ampliación del centro que dirigen, al que se le añadirá el edificio del antiguo Museo Lenin, donde expondrán piezas del siglo XX ruso, comentó Tamara Igumnova. El Museo Nacional de Historia «ilustra la vida de los habitantes del país». De la colección de Es Baluard destacaron «la sala dedicada a las cerámicas de Picasso y la cronología de la exposición permanente nos parece muy interesante».