Jaume Matas y Carmen Calvo observan un portulano del siglo XVI en la Biblioteca Pública de Mallorca. Foto: SEBASTIÀ AMENGUAL

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NURIA ABAD/MARIANA DÍAZ

Carmen Calvo, ministra de Cultura, y Jaume Matas, president del Govern, presidieron ayer por la mañana la inauguración de la Biblioteca Pública de Mallorca, un espacio de 4.774 metros cuadrados dotado de nuevas tecnologías, una inversión de seis millones de euros costeados por el Ministerio de Cultura. Ambos políticos aludieron a la importancia de la lectura en la formación de las personas. Tanto Calvo como Matas echaron mano de la erudición en sus parlamentos citando a distintos pensadores y creadores. Mientras que éste último utilizó unos versos de Schiller, la ministra quiso detenerse en Ramon Llull, de quien dijo que «la importancia de este mallorquín universal radica en que fue el creador de la lengua literaria catalana». El filósofo «al que puede considerarse como el primer pansofista, que tuvo como continuadores, al menos en sus aspiraciones, al polaco Comenio y al alemán Leibniz, pretendió, al igual que San Isidoro de Sevilla, concentrar todo el saber en una ciencia definitiva y convincente». Para conseguirlo «utilizó las herramientas necesarias: las lenguas y sus soportes, el libro».

La ministra y el president estuvieron acompañados por las autoridades: Pere Rotger, president del Parlament; Francesc Fiol, conseller de Cultura; Catalina Cirer, alcaldesa de Palma; Dolça Mulet, consellera insular de Cultura; Ramon Socias, delegado del Gobierno; Rogelio Blanco, director general del Libro, Archivos y Bibliotecas, y Rogelio Araújo, concejal de Cultura de Cort, entre otros. La Biblioteca Pública de Mallorca, popularmente conocida como Can Salas, abre sus puertas al público mañana con dos años de retraso desde el final de las obras. La ministra, que destacó su ubicación «en esta bella plaza, junto al museo Es Baluard de arte contemporáneo», reconoció que el viejo edificio de la Casa de Cultura, antigua sede de la biblioteca, era «insuficiente para albergar todos los servicios que demanda la sociedad de la información del siglo XXI».

Can Salas dará «respuesta a una antigua reivindicación de la ciudadanía», como señaló Matas en su intervención, y significa «un paso adelante en la modernización de las infraestructuras culturales». El president añadió que, a partir de ahora, «el reto es convertirla un foco de atracción cultural y un centro dinámico protagonista de la vida cultural palmesana». El Govern «tiene voluntad de trabajar en esa dirección». Matas, que utilizó el catalán y el castellano en su discurso, aseguró que «es nuestra responsabilidad inculcar el placer de la lectura en los más jóvenes». Para ello la biblioteca dispone de un planta dedicada a infantil y juvenil y éste público será uno de los que más atención reciba por parte de los responsables del centro, como apuntó hace días a este diario su directora, Maria de Lluc Alemany. Para ella y para el resto de «excelentes profesionales» que han trabajado incansablemente desde diciembre para poner Can Salas en marcha tuvo un recuerdo la ministra.