Carmen Calvo, ministra de Cultura, y Jaume Matas, president del
Govern, presidieron ayer por la mañana la inauguración de la
Biblioteca Pública de Mallorca, un espacio de 4.774 metros
cuadrados dotado de nuevas tecnologías, una inversión de seis
millones de euros costeados por el Ministerio de Cultura. Ambos
políticos aludieron a la importancia de la lectura en la formación
de las personas. Tanto Calvo como Matas echaron mano de la
erudición en sus parlamentos citando a distintos pensadores y
creadores. Mientras que éste último utilizó unos versos de
Schiller, la ministra quiso detenerse en Ramon Llull, de quien dijo
que «la importancia de este mallorquín universal radica en que fue
el creador de la lengua literaria catalana». El filósofo «al que
puede considerarse como el primer pansofista, que tuvo como
continuadores, al menos en sus aspiraciones, al polaco Comenio y al
alemán Leibniz, pretendió, al igual que San Isidoro de Sevilla,
concentrar todo el saber en una ciencia definitiva y convincente».
Para conseguirlo «utilizó las herramientas necesarias: las lenguas
y sus soportes, el libro».
La ministra y el president estuvieron acompañados por las
autoridades: Pere Rotger, president del Parlament; Francesc Fiol,
conseller de Cultura; Catalina Cirer, alcaldesa de Palma; Dolça
Mulet, consellera insular de Cultura; Ramon Socias, delegado del
Gobierno; Rogelio Blanco, director general del Libro, Archivos y
Bibliotecas, y Rogelio Araújo, concejal de Cultura de Cort, entre
otros. La Biblioteca Pública de Mallorca, popularmente conocida
como Can Salas, abre sus puertas al público mañana con dos años de
retraso desde el final de las obras. La ministra, que destacó su
ubicación «en esta bella plaza, junto al museo Es Baluard de arte
contemporáneo», reconoció que el viejo edificio de la Casa de
Cultura, antigua sede de la biblioteca, era «insuficiente para
albergar todos los servicios que demanda la sociedad de la
información del siglo XXI».
Can Salas dará «respuesta a una antigua reivindicación de la
ciudadanía», como señaló Matas en su intervención, y significa «un
paso adelante en la modernización de las infraestructuras
culturales». El president añadió que, a partir de ahora, «el reto
es convertirla un foco de atracción cultural y un centro dinámico
protagonista de la vida cultural palmesana». El Govern «tiene
voluntad de trabajar en esa dirección». Matas, que utilizó el
catalán y el castellano en su discurso, aseguró que «es nuestra
responsabilidad inculcar el placer de la lectura en los más
jóvenes». Para ello la biblioteca dispone de un planta dedicada a
infantil y juvenil y éste público será uno de los que más atención
reciba por parte de los responsables del centro, como apuntó hace
días a este diario su directora, Maria de Lluc Alemany. Para ella y
para el resto de «excelentes profesionales» que han trabajado
incansablemente desde diciembre para poner Can Salas en marcha tuvo
un recuerdo la ministra.
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