Los disidentes de Assaig denunciarán al centro por el coste de los locales

Este enfrentamiento se inicia cuando, desde el verano de 2003, desde el Assaig se firman contratos de arrendamiento, que oscilan todavía entre 150 y 220 euros, sin que en ellos «se haga referencia a que los precios llevaran ya rebajada previamente la subvención», explica el grupo disidente, formado por más de un centenar de músicos. Según Pep Bauzà, gestor del centro, «esta información se facilitó de palabra, un error que cometimos actuando de buena fe». Esta circunstancia ha sido definida por el concejal de Juventut, Rafael Durán, como «un cúmulo de malos entendidos entre unos y otros». Al parecer, en la reuniones mantenidas entre el Ajuntament y el Assaig, previos a la firma, siempre se habló de que los costes de los locales ya estaban establecidos contando con dicha dotación económica.

La situación empeora aún más la comprensión entre ambas partes en tanto que la dirección de la Associació de Joves pel Foment de la Música, entidad receptora de la subvención, recae en las mismas manos, es decir, en las de Pep Bauzà y Julián de Juan. El sector crítico reprocha el hecho de que esta asociación, generada como respuesta a la difícil situación que vivió Assaig antes del verano por causas puramente administrativas, «todavía no haya celebrado ni una asamblea constitucional ni una junta en la que se reconozca como asociados a los músicos que tengan intención de formar parte de ella» y censura el hecho de que «no se haya procedido a la votación de los cargos de su junta de gobierno», que actualmente preside Joaquín José de Santos «Xocas», miembro del staff del Assaig.