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La exposición «Europeus», radiografía del Viejo Continente realizada durante cuatro décadas por el maestro de la fotografía en blanco y negro Henri Cartier-Bresson, es la protagonista de la oferta primaveral del Casal Solleric, completada con una antología del escultor Pere Pavia y una muestra conceptual de la portuguesa Catarina Campino. La triple oferta expositiva se inaugura hoy y permanecerá abierta al público hasta el 29 de mayo. La obra de Cartier-Bresson constituye uno de los legados más impresionantes en el ámbito de las artes visuales. Fundador de la agencia Magnum Photos en 1947 junto a un grupo de fotógrafos hoy históricos como Robert Capa, cuya obra ya se exhibió hace dos años en el Casal Solleric, la colección de instantáneas que integra «Europeus» tiene su origen en un libro que el creador francés realizó en 1955, publicado bajo el título «Des Européens» y con una portada de Joan Miró, según explicó Marta Dahó, representante de Magnum. Posteriormente, sus muchos viajes por toda Europa desde la década de los 30 hasta los 70 quedarían recogidos en imágenes en un nuevo volumen, «Europeos», en el que se basa la exposición ubicada en la Planta Entresol del Casal Solleric.

Por otra parte, la llamada Planta Noble acoge una cincuentena de obras que conforman una revisión de la trayectoria artística de Pere Pavia, considerado como uno de los principales renovadores de la escultura contemporánea en Mallorca. El autor demostró su satisfacción ante esta muestra antológica que se le dedica.

Por último, la oferta del Casal Solleric para los próximos dos meses integra asimismo en el Espai Quatre «The weep show», un núcleo significativo de obras que la artista portuguesa Catarina Campino ha realizado en los últimos seis años, cuyos soportes varían entre la instalación, la performance, el vídeo o la escultura. Sobre el concepto central de esta exposición, Campino destacó una serie de cinco vídeos, también titulados genéricamente «The weep show» y en los que sus intérpretes realizan «un streap-tease del alma suscitado por la música». Otras de las piezas son «Game of life (Jersey Edition)», que consiste en la recreación de un juego de mesa a modo de crítica del sistema legal jerseyano; la «Bola», «irónico» híbrido entre un balón de fútbol y una bola de espejos de discoteca; o la instalación «Love is in the air».