El escritor paraguayo Augusto Roa Bastos falleció ayer en
Asunción (Paraguay) a los 87 años, tras sufrir un infarto.
Alejandro Maciel, su médico personal, informó de que Roa Bastos,
Premio Cervantes 1989, murió de «muerte súbita» en el sanatorio
Santa Clara, donde se encontraba internado desde el viernes tras
sufrir una caída en su domicilio que le dejó un hematoma en la
cabeza. «Se presentó un episodio de bradicardia e inmediato paro
cardíaco que no respondió en ningún momento a las maniobras de
reanimación cardiopulmonar», agregó el doctor. El escritor tenía un
cuádruple puente coronario desde 1999 y había sido internado en dos
ocasiones en 2004 con una crisis de hipertensión. En 2003, Fidel
Castro -que estaba en Asunción para la investidura de Nicanor
Duarte- lo llevó a La Habana para que lo atendieran de una fractura
y hacer un control cardíaco.
Roa Bastos vivió en el exilio más de 40 años, hasta la caída del
dictador paraguayo Alfredo Stroessner (1954-89). Si bien éste le
permitió ingresar de visita en tres ocasiones, en la última, 1982,
fue expulsado. España lo reconoció con el Premio Cervantes por «Yo
el Supremo», considerada por la crítica como una de las obras
literarias más importantes de Latinoamérica. En ella retrata la
vida del ex dictador paraguayo Gaspar Rodríguez de Francia, que
gobernó con mano dura durante 25 años tras su independencia en
1811, pero, para el público, la figura del dictador era
Stroessner.
El autor «Hijo de hombre» había nacido en 1917 en Asunción. Con
15 años se fugó a la guerra del Chaco, contra Bolivia, para atender
a los enfermos. El estreno de su obra teatral «La carcajada», 1930,
señala el inicio de su carrera literaria. Perteneció al grupo «El
nido de la alegría», fundamental para la renovación de la poesía en
su país. También escribió relatos y novelas como «Vigilia del
almirante», «El fiscal», «Vigilia del Almirante» y «Madame Sui»,
ésta publicada en 1996.
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