Gracias a bandas como Australian Blonde, en este país se empezó
a hablar con propiedad de la música independiente. En la
actualidad, cuando se cumplen diez años de su debut con «Pizza
pop», álbum recientemente reeditado por Subterfuge Records, la
formación gijonense ha recuperado su vigor inicial con la
publicación de su séptimo álbum, «Canciones de amor y gratitud»
(Astro Discos), un trabajo sereno y profundamente lírico que esta
noche presentarán en directo en el Casino Royale.
Aunque muchos sólo recuerden de su repertorio la canción «Chup,
Chup», que se hizo famosa por su inclusión en la banda sonora de
«Historias del Kronen», lo cierto es que un nutrido reducto de
seguidores se alegrará de escuchar «Canciones de amor y gratitud»,
«un disco que mezcla soul con el sonido americano de finales de los
60 y principios de los 70, con una orquestación muy cuidada que le
otorga la calidad de los clásicos», explica Fran Fernández, miembro
fundador de Australian Blonde.
Con este trabajo, la banda ha despertado del letargo en el que
se había visto inmersa tras varios cambios de formación y con su
alma mater, Fran Fernández, sumido en otros proyectos, entre ellos
La Costa Brava. A pesar de que reconoce que viven «el momento más
bajo de popularidad de su trayectoria», afirma que «Australian
Blonde ha demostrado ser un grupo cuya prioridad es únicamente la
música» y que «no da a luz discos por inercia cuando no tiene nada
que decir».
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