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CRISTINA ROS

El pasado miércoles, 25 de mayo, fallecía en Venecia el pintor italo-esloveno Zoran Music, a los 96 años de edad. El horror de la experiencia que conoció durante el holocausto, universalizada en el reflejo de otros desastres provocados por el totalitarismo, no dejaría de aparecer en su obra a lo largo de su vasta trayectoria.

Nacido en 1909 en Gorizia, en la frontera italiana con la actual Eslovenia, la infancia y juventud del pintor estuvieron marcadas por los sucesivos traslados a los que se vio forzada su familia debido a diversos conflictos bélicos. Estudió Bellas Artes en Zagreb, y se trasladó a Madrid, en 1935, para aprender de los grandes maestros que alberga el Museo del Prado. También de ahí tuvo que huir al estallar la Guerra Civil, refugiándose en Dalmacia, después en Gorizia, hasta que decide instalarse en Venecia, donde, en 1944, sería acusado de pertenecer a una facción antinazi, lo que le llevaría a Dachau.

Excelente dibujante, su obra, reconocida tardíamente, ha sido objeto de diversas antológicas, como la que tuvo lugar en 1995 en el Gran Palais de París. En 2001, Zoran Music donó parte importante de su obra al IVAM valenciano, centro que con el Museo Morandi de Bolonia y el Centro George Pompidou de París, poseen una amplia representación del trabajo del artista.