«Creo mucho en las posibilidades y en el gran nivel de la
orquesta». Así de confiado se mostró ayer Philippe Bender minutos
después de firmar el contrato que lo vincula a la dirección de la
Orquestra Simfònica de Balears durante los próximos dos años.
Bender afirmó que su objetivo será dotar a la orquesta de un
lado «más internacional». Para conseguirlo, el director explicó que
basará su trabajo en mejorar «la sonoridad» de la formación. Con
muchos proyectos e ideas para el futuro, «el próximo año quiero
colaborar con la Fundación Albéniz, con el Conservatori e incluir
más obras de autores mallorquines en el repertorio», el músico
explicó que también desea potenciar «la confianza de la
formación».
Bender incidió en la importancia de trabajar las propuestas para
«atraer al público a los conciertos» ya que, «con el auditorio
lleno, el conjunto toca mejor». También se comprometió a trabajar
el aspecto psicológico para lograr «confidencialidad con los
músicos y descubrir los problemas». Y es que, en los últimos
tiempos, la Simfònica no acaba de encontrar la estabilidad
necesaria para funcionar a pleno rendimiento. Una falta que, tanto
Antoni Roig, director de la comisión artística, como Mariano Isasi,
gerente de la Fundació, se mostraron convencidos que suplirá la
llegada de Bender, en quien han depositado su confianza de forma
«unánime».
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