Cuando Rafel Duran decidió escenificar un clásico como «Yerma»,
optó por acercar el texto al presente a través de la escenografía.
No quiso hacer una adaptación, si no mostrar todo el mundo
lorquiano desde la fidelidad. Su propuesta, una coproducción entre
la Fundació Teatre Principal y Focus, se estrenó el pasado viernes
dentro del Festival Grec de Barcelona. Llegará al patio de La
Misericòrdia del 16 al 18 de septiembre.
«He cogido 'Yerma' como si se tratara de una tragedia griega,
tal y como escenifican los directores de hoy las tragedias»,
explicó Rafel Duran instantes antes del estreno. El director
mallorquín decidió apostar por una escenografía, encargada al
también isleño Rafel Lladó, transgresora y «conceptual». Ataviados
con trajes con estampaciones de imágenes y paisajes lorquianos, los
actores representaban mediante su vestuario el universo metafórico
del autor andaluz.
La interpretación de Duran ha querido remarcar un hecho: «Mi
lectura se ha centrado en otorgar al marido (el actor Toni Sevilla)
la culpa y permitir que ella, Yerma, la mujer obsesionada en tener
hijos, sea inocente, no sea estéril». «En el fondo, la obra trata
la represión sexual que sufre Yerma, cómo se convierte en una
víctima de unas creencias ancestrales».
La propuesta de Duran transforma las cuñadas de Yerma en
cuervos, hace que las mujeres lleven pantalones (menos la
protagonista, papel que interpreta Mercè Arànega) y presenta a un
narrador vestido de forma chulesca. «Lorca jugaba con las
metáforas, iba más allá. Hemos intentado establecer una relación
con las vanguardias del siglo XX, al igual que el escritor, y
enseñar su mundo metafórico desde el presente».
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