El artista plástico Robert Llimós ha vuelto a Mallorca para
pasar unas cortas vacaciones estivales y, como no, para recordar
los años que vivió en la Isla, desarrollando un mural para sa Torre
Cega, posesión de la familia March en Cala Rajada. El autor
aprovechó la ocasión para conocer de primera mano el Museu d'Art
Modern i Contemporani de Palma Es Baluard, un espacio del que
destacó especialmente su arquitectura.
Llimós explicó que se encuentra actualmente trabajando en dos
obras muy especiales: una pictórica y otra escultórica. La primera
es un lienzo de 21 piezas «a modo de viñetas», de seis por once
metros, cuya temática es «una crítica a la guerra y a las armas de
destrucción masiva». En cuanto a la segunda, se trata de una
escultura pública flotante, «es como si fuera una boya, pues está
pensada para ubicarla en el mar», apuntó.
Este trabajo se separa un poco de la habitual producción
escultórica de Llimós, centrada generalmente en el uso del bronce y
el hierro calibrado. Gracias a este último material, desarrolla,
con el uso de barras, «contornos que van dibujando una silueta y
que sugieren los colores propios del cuerpo humano», esencia de la
temática de sus obras. No en vano, afirma: «No practico el
realismo, sino la figuración a través de un lenguaje de
superposición de líneas y de color en el espacio». Este bagaje es
producto, según el autor, de «una investigación que conduce a otros
campos y experiencias, de los que depende tu propia evolución».
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