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El grupo Clave de Sol se despide de su público. Lo hará en el último concierto de su trayectoria el próximo día 29 en el Bluesville. A pesar del éxito conseguido en la escena mallorquina, se separan, «no por problemas internos», como explicó Carme Jaime, una de las cantantes, sino porque «hemos llegado a un techo que es difícil superar». Es decir, en Mallorca no existe un circuito de locales donde bandas como ésta, que interpreta clásicos de soul en inglés, pueda actuar.

«Asfixiado» es la palabra que usa Carme para describir el panorama laboral. «Falta un escalón entre el pequeño club y la fiesta de pueblo, es difícil grabar un disco o acceder a subvenciones» con lo que el «esfuerzo» de seguir adelante resulta muy duro. Sus fans echarán de menos a Carme (vocalista), Antònia Ferrà (vocalista), Isis Montero (piano), Lynn Gaydosh (vocalista) y Diego Ferral (batería), que se despiden en el Bluesville, del que dicen debería considerarse «de interés público» por lo que hace por la música en vivo.

Carme está convencida de que «hay que proteger la lengua catalana», pero, como artista, cree que no debe limitarse la creatividad de quienes se expresan en distintas lenguas. Y no cantará en catalán «sólo para conseguir subvenciones». No hacerlo resulta un handicap. «Siempre me he encontrado con eso», dice. El problema de la escasez de un circuito para hacer música en directo es tan antiguo como el arte talayótico. «No se promueve la creación de espacios de todos los niveles, sobre todo en Palma». A partir de ahora, Carme, Antònia, Isis y Lynn se volcarán en sus proyectos personales, porque todas se dedican a la música profesionalmente.