De «día histórico» calificaron la jornada de ayer el president
del Govern balear, Jaume Matas, y el alcalde de Llucmajor, Lluc
Tomás (PP), tras escenificar la colocación de la primera piedra de
las obras de rehabilitación del claustro del convento de Sant
Bonaventura. Un gesto que sirvió de broche a seis años de gestiones
y esfuerzos encaminados a restaurar y recuperar el monumento civil,
según el alcalde, «más importante» de la capital del Migjorn.
Asimismo, Tomás no quiso concluir el acto sin hacer una mención muy
especial al recientemente fallecido historiador, cronista e hijo
ilustre de Llucmajor, Bartomeu Font Obrador, «figura clave y uno de
los impulsores» del proyecto, añadió. Por su parte, el president
Matas se sumó al reconocimiento de la figura de Font Obrador, así
como a la del resto de personas que han colaborado en hacer de la
rehabilitación del claustro de Sant Bonaventura una realidad, al
tiempo que destacó y alabó la firmeza mostrada por el Consistorio y
los vecinos de Llucmajor a la hora de velar por el patrimonio del
municipio. «Este acto simboliza la voluntad de este pueblo por
recuperar su patrimonio histórico», subrayó el jefe del Ejecutivo
balear.
El de Sant Bonaventura, levantado en 1679, fue uno de los
últimos conventos construidos en Mallorca por los frailes menores
franciscanos. No obstante, el plan de reformas hacendísticas y
administrativas impulsado en 1835 por el liberal Juan Àlvarez
Mendizábal, y la consiguiente extinción de algunas órdenes
religiosas y la incautación de sus bienes, hizo que el claustro del
convento pasase a manos del Estado.
Posteriormente, en 1842, tras numerosas gestiones llevadas a
cabo por el entonces alcalde Joan Caldés, el Ajuntament de
Llucmajor consiguió la titularidad del claustro, convirtiéndose así
en recinto municipal destinado a hacer las veces de hospicio,
prisión, matadero, juzgado y cuartel del ejército. De 1886 a 1999,
el claustro sirvió de acuartelamiento a la Guardia Civil, al tiempo
que también albergó varios almacenes municipales y el juzgado de
paz. La iniciativa de recuperar y rehabilitar el claustro como
centro cívico y cultural surgió en el año 2000 con la creación de
la Fundació per la Restauració de l'Antic Claustre de Sant
Bonaventura. Tres años después, el Govern dio el espaldarazo
definitivo al proyecto destinando tres millones de euros a su
ejecución.
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