Hace años, un alemán perdió el mundo de vista en Estellencs.
Salió de su casa sangrando y empezó a caminar por el pueblo sin
rumbo fijo. Esta imagen vivida en la niñez se quedó grabada en la
mente del director mallorquín Rafel Cortés quien, años después, se
la comentó al actor Àlex Brendemühl. Juntos, empezaron el guión de
una posible película que intentaría descifrar qué le había pasado
al alemán y que, al final, se transformó en una historia diferente
que nada tiene que ver con la primera imagen. Desde el pasado fin
de semana, y durante otras cinco, Estellencs y Llucmajor serán el
escenario del rodaje de «Yo», el primer largometraje de Cortés,
donde cobra vida el personaje de Hans.
«Hans es un personaje fascinante. Normalmente, un guionista
proyecta una historia y el actor hace suyo el papel designado. En
esta ocasión, ha sido a la inversa. Nuestro protagonista tiene vida
propia y nos ha ido marcando durante el proceso de creación el
camino que debíamos seguir y las situaciones que debía vivir»,
explicó Brendemühl, quien encarna a Hans en el filme. Se trata de
«un hombre sin antecedentes ni características» que se instala en
Mallorca para empezar de cero. «Aquí, se llena de características».
«Enigmático, nuestro personaje vive de los estímulos que recibe y
se amolda a lo que se encuentra». Inseguro, «antes que dudar de los
otros, duda de sí mismo», trabaja como manitas en la finca sa
Tanca, propiedad de otro alemán. «En su trabajo es una persona muy
práctica pero, fuera, no sabe relacionarse con la gente». Tiene
«buena voluntad» pero «se siente culpable de cosas que no ha hecho
y da importancia a nimiezas».
«Yo» cuenta con un reparto formado por actores mallorquines,
catalanes y alemanes, además de por algunos de los habitantes de
Estellencs. Heinz Hoening, Maria Lanau, Carme Feliu, Margalida
Grimalt, Manel Barceló, Joan Pizà, Rafel Ramis y Aina de Cos son,
entre otros, los protagonistas de la historia. Producida por
Fausto, La Perifèrica y Escándalo Films, la cinta cuenta con ayudas
del Ministerio de Cultura, del Institut Català de les Indústries
Culturals y de TV3. «Ha sido difícil llevar a cabo este proyecto
porque queríamos narrar nuestra historia, muy peculiar. Hemos hecho
muchas versiones del guión y hemos tenido que luchar para conseguir
la financiación», explicó Brendemühl, quien conoció a Rafel Cortés
durante el rodaje de «Un banco en el parque». Empezaron a trabajar
en el 2000 pensando en localizaciones concretas y, desde entonces y
hasta ahora, el texto ha ido cambiando, evolucionando y cobrando
vida a lo largo de un proceso que el actor definió como «mágico».
Sin embargo, al final y a pesar de las dificultades, se ha logrado
lo que se quería, contar una historia surgida de una imagen vivida
en la niñez.
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