Gerardo Vasta, profesor del Centro de Biotecnología Marina de la
Universidad de Maryland (EE UU), concluyó ayer su estancia en
Mallorca, donde ha sido invitado por la Fundación Ramón Areces y
eClub Ultima Hora a participar en las jornadas «Un mar de
recursos». Compartimos con él una mirada a la bahía de Palma desde
Es Baluard para comentar las impresiones de su primera visita a la
Isla. Hace 25 años que Gerardo Vasta reside en el último país que
le hubiera gustado descubrir cuando era un estudiante que viajaba
por Latinoamérica. Este científico tiene claro que sin pasión no se
hace nada que valga la pena, «ni arte, ni amigos, ni nada».
Pero va más allá, piensa seriamente que los buenos científicos
son seres apasionados. En la actualidad, medita la posibilidad de
tomarse un año sabático en España. Vasta no podía escapar al
encanto de Mallorca, a la luz, el paisaje. «Todo coleccionista
lleva un artista dentro», decía. Amante del arte, su colección se
centra en la cultura precolombina, desde las expresiones más
tempranas hasta la inca y la azteca. La cerámica del oeste de
México ocupa un lugar destacado entre sus más de 400 piezas.
«Los artistas, como los científicos y los coleccionistas, se
dividen en dos grandes grupos: los que tienen pasión y los que
carecen de ella. Aquellos que implementan todos los movimientos de
su disciplina, de su oficio, con corrección, y aquellos que no son
tan sistemáticos, pero son capaces de conectar con lo original, a
los que yo admiro», afirma Vasta. Miró es, probablemente, un
magnífico ejemplo del concepto de artista que defiende Vasta. En él
podemos ver a un genio que libera el significado de las formas
comunes y las dota de imágenes amables, vitales, simpáticas...
«Cada dibujo es una poesía. Miró es un genio que va más allá de la
pintura... Es la fuerza de la expresión humana que ha creado un
universo propio».
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