El fotógrafo Toni Catany, en su casa de Barcelona. Foto: CARLES DOMÈNEC

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CARLES DOMÈNEC |BARCELONA

El fotógrafo de Llucmajor Toni Catany acaba de publicar «Venessia», un libro de fotografías sobre la ciudad de Venecia fruto de los cerca de quince viajes que ha realizado a la ciudad desde finales del año 1969. Editado por Lunwerg en España y por Editions du Rouergue en Francia con el título de «Venise», el volumen recoge la visión de Catany, que ha ido evolucionando con los años de la decadente ciudad anegada. Las imágenes de la capital del Veneto se podrán ver en una exposición el próximo 20 de junio en Bruselas. Uno de los puntos fuertes del libro son las fotografías nocturnas. Catany explicó que «me lo ha permitido la fotografía digital, que te ofrece una traducción de las luces diferente de la película tradicional». El mallorquín era un fotógrafo temeroso del mundo digital hace sólo pocos años. En cambio, ahora, recurre a las nuevas tecnologías para, paradójicamente, acercarse a resultados pictóricos, más propios de técnicas antiguas. «Estas fotos recuerdan a las del histórico Edward Steichen (1879-1973), y eso que son digitales», confirmó. Con su cámara Hasselblad inmortalizó en el año 1982 las escenas de un carnaval privado. mientras que sus Polaroids transportados sobre cartulina de acuarela son de finales de los 90.

Al marcado carácter pictórico de algunas fotografías del libro hay que añadir la intemporalidad de las imágenes. «La pintura siempre me ha interesado», dijo el fotógrafo. Catany recordó que «la historia de la fotografía empieza con las pinturas rupestres», y argumentó que «en la naturaleza todo está bien, pero cuando lo has de poner en un marco a veces no funciona». El volumen recoge tanto la zona más conocida de la ciudad como su parte más íntima y recóndita. De Venecia, el mallorquín asegura que es «una ciudad muy turística pero, si sales del circuito, te encuentras con un pueblo extraordinario y puedes disfrutas de un pasado glorioso». Para Catany, se trata de «una ciudad museo, aunque sigue muy viva, donde pierdes la noción del tiempo y es un placer para el sentido de la vista, que ve constantemente cosas espléndidas».

En «Venessia» no hay retratos, «sólo gente que forma parte del paisaje urbano», matizó el fotógrafo. El libro «empieza con un poema popular en veneciano en el que la localidad se convierte en Venessia». Durante estos 30 años de viajes continuos a la ciudad italiana, Catany ha tenido por costumbre alojarse «en hoteles modestos y céntricos, ya que paseo todo el día, aunque una vez estuve tres días en una habitación del lujoso Hotel Danieli, con sábanas de hilo». El libro «Venessia» es el primer volumen de una colección de seis obras proyectadas por la editorial dedicados a las fotografías de los viajes de Toni Catany en el Trópico, Marruecos, la India, el Mediterráneo y Venecia.