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LAURA MOYÀ

Y allí estaban ellos, colgados al lado de la «Maternité». Parecía que posaban para los numerosos ciudadanos que ayer celebraron Sant Joan con sus hijos en la Fundació Pilar i Joan Miró. Muchos desconocían qué hacían ahí diez jamones y, otros, habían oído hablar de la iniciativa del grupo mmmm..., que, por la tarde, sorteó los jamones entre las personas que habían visitado el centro el viernes y ayer.

La subasta no fue la única de las actividades programadas por la Fundació. Talleres para niños, demostraciones de graffitis, música o cuentacuentos llenaron de vida el centro. Mientras Na Llauneta explicaba a los más pequeños cómo reciclar, dos grupos del colegio Lluís Vives, LTC Crew y She Crew, llenaban con su arte dos paredes al ritmo de la música de Seco y el DJ Omino y padres como Francesc Figuerola y Susana Izquierdo ayudaban a sus dos hijas, Blanca y María, a hacer camisetas. «Queremos introducirlas en el mundo del arte, que lo vean como algo cercano», aseguraban. Opinión compartida por Marisa Clar. «Actividades como ésta combinan la parte lúdica con la educativa. Se divierten y aprenden, algo esencial», decía. Cerca, Fabienne Meeske, Magdalena Jirku y Núria Ripoll, las tres de nueve años, también disfrutaban de la onomástica. «Nos gusta la pintura. Quién sabe, tal vez algún día seamos unas Miro-nas», ironizaban.

La nota más destacada de la jornada fue, sin embargo, el sorteo de los diez jamones. «Desde la Fundació nos pidieron que hiciéramos una acción llamativa», según Eva Salmerón, de mmmm... «Qué mejor forma que acercar hasta un centro de arte algo habitual en ferias y bares. Aquí, cambian su significado». La idea gustó a la mayoría de los asistentes, «me parece algo muy original, a ver si tenemos suerte», aseguraba Clara Cassanyes; aunque muchos no tenían ninguna constancia. Al enterarse se mostraban encantados. Como decía Salmerón, «un jamón siempre es un jamón».