El fotógrafo internacional Elliott Erwitt presentó ayer en el Casal Solleric «Retrospectiva», una exposición que recoge algunas de sus obras más valoradas como resumen de su extensa carrera fotográfica y que se inaugura esta noche. La dilatada carrera y la calidad de sus obras han convertido a Erwitt en uno de los profesionales de la fotografía más prestigiosos del siglo XX, siendo invitado en 1953 a trabajar en la agencia Magnum Photos, llegando a ser, quince años más tarde, su presidente.
El resumen fotográfico que presentó recoge algunas de sus obras más emblemáticas, todas ellas realizadas en blanco y negro y situadas en lugares como Nueva York, Las Vegas, la Toscana, Barcelona, Guanajuato, Kioto o Nicaragua. El montaje está centrado en composiciones sociales, en las que el hombre es protagonista absoluto en diferentes realidades. El autor manifestó no tener especial predilección por ninguna, porque «aún no he hecho mi fotografía favorita», aunque esperaba que surgiese en las calles de Palma.
El artista afirmó haberse impresionado más «con la gente de la calle que fotografiando grandes estrellas». Y es que por su objetivo han pasado personajes como Nixon, El Che, Marilyn Monroe o Jacqueline Kennedy. «Las imágenes de esta muestra están hechas desde mi faceta de fotógrafo entendida como hobby, no dentro de mi trabajo comercial como profesional», aseguró. El autor señaló como único objetivo de las imágenes «que no dejen a nadie indiferente».
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