Reproducción de uno de los espacios del futuro museo.

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JOSEP MARIA SASTRE

«Hoy es el día más importante desde la muerte de mossèn Alcover». Con estas palabras, la directora de la Fundació Pública Antoni M. Alcover, Maria Magdalena Gelabert, abrió el acto de firma del convenio entre el Ajuntament de Manacor y la Conselleria d'Educació i Cultura para la ejecución del proyecto museográfico en el casal de Can Socorrat, sede de la fundación. El objetivo principal será difundir la figura, la labor y la obra de mossèn Alcover en un proyecto didáctico y atractivo para niños, mayores y también especialistas.

La ambiciosa iniciativa, que prevé la rehabilitación del edificio y el mismo proyecto museográfico, contará con un presupuesto de 1'6 millones de euros que pagará el Govern balear y cuya ejecución durará 15 meses.

La museógrafa Elena Juncosa explicó que el edificio se distribuirá en tres espacios básicos. En la planta noble habrá un espacio de recepción, una cafetería-biblioteca, una tienda y una sala de actos y para contar «rondalles». Este espacio incluirá dos grandes paneles donde figurarán todos los pueblos de habla catalana. El suelo será un gran mapa geográfico de la lengua catalana que estará retroiluminado, entre otros datos históricos o altavoces donde se escucharán todos los dialectos de habla catalana.

La primera planta será un espacio dedicado a la vida y obra de Antoni Maria Alcover articulada a través del eje central del «Gran Diccionario Catala-Valencia-Balear». Por otra parte, el desván será un «lugar mágico y el lugar idóneo para explicar las «rondalles» a través de audiovisuales en un espacio semicircular.

Al acto asistieron el conseller d'Educació i Cultura, Francesc Fiol; la directora general de Cultura, Catalina Sureda; el alcalde de Manacor, Antoni Pastor; la delegada de Cultura, Maria Antònia Mercant, i el president de s'Institut d'Estudis Baleàrics, el escritor Gabriel Janer Manila. Éste tomó las palabras de Tià de sa Real para referirse a mossèn Alcover: «D'homes com aquest només en surt un cada cent anys i quasi mai sura». El escritor destacó la importancia del proyecto para el beneficio de las generaciones venideras que «tiene que aprender la pasión por la lengua y velar por el imaginario de nuestro pueblo y para esto las 'rondalles' son un tesoro incalculable». Fiol destacó que este proyecto «da fortaleza a las cosas que nos ligan al pasado y a la tradición».