TW
0

LAURA MOYÀ

Una sombra camina, muy lentamente, hacia adelante. Es Tristán, que se dirige hacia las llamas, se introduce en ellas y las traspasa. Después, aparece ella, Isolda, encendiendo varias lámparas. Ambos representan el drama del amor y la muerte, un amor imposible que sólo puede hacerse realidad tras la muerte. Y ambos interpretan la historia para Bill Viola, el artista más relevante en el mundo del videoarte, que desde hoy presenta su «Night Journey», su reinterpretación del mito germano, en la iglesia del convento de Santo Domingo de Pollença.

Comisariada por Biel Amer y Karin Giacobbi, la muestra ha supuesto nueve meses de intenso trabajo y negociaciones entre el artista y el Ajuntament de Pollença. Su inauguración supone el estreno de la pieza en Europa. Antes, sólo se había mostrado en Nueva York. «Será la tercera vez que la obra de Viola se vea en el país tras su paso por el Guggenheim de Bilbao y la Fundación la Caixa de Madrid», recordó Amer. La dificultad de amar y la tragedia son «el punto de partida del artista», que debe recorrer junto a los amantes el mismo camino. «Se embarcan en una travesía que busca traspasar los límites del amor». Como suele ser habitual en la obra de Viola, la pieza incluye «elementos naturales como el agua, el fuego, el aire y la luz», según Amer.

Para Arthur Solway, de la galería James Cohan de Nueva York, centro que trabaja con Bill Viola, «Night Journey» es un doble viaje. Por una parte, «el que hace el hombre hacia el fuego para purificarse» y, por otra, «el de la mujer, más introspectivo y espiritual». «Aún así, cada uno de los espectadores debe hacer su propio viaje, descifrar su historia y hacerla suya». Solway quiso destacar el espacio escogido, la iglesia del convento de Santo Domingo, «un contexto muy acertado e interesante para mostrar esta videocreación».

Bill Viola se caracteriza por utilizar las emociones como material artístico. Sentimientos como el dolor o la alegría suelen aparecer en sus últimos trabajos. Sin embargo, la diferencia entre sus anteriores obras y «Night Journey» es que, ahora, «la pieza es más narrativa». «Sigue hablando de sentimientos, pero existe un hilo argumental». En «Night Journey» también se deja entrever su pasión por los autores clásicos, tanto en la composición como en la luz. «Si hubiera vivido en la Edad Media, Viola habría sido pintor. En el fondo, es un pintor que utiliza las nuevas tecnologías como elemento narrativo», en palabras de Arthur Solway. Unas nuevas tecnologías que le han servido, en esta ocasión, para viajar junto a Tristán e Isolda.