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JAVIER J. DÍAZ

El Ballet Nacional de Moldavia debutó anoche por primera vez en un espacio escénico de Balears. Lo hizo en el Auditòrium y con tres obras de Chaikovsky, «El lago de los cisnes», «La bella durmiente» y «Cascanueces». Repetirán esta noche a las 22.00 horas. Mañana estarán en el Auditori d'Alcúdia. Horas antes de salir al escenario palmesano, el director del mismo, Victor Badica, recalcaba que «el grupo intenta representar cada pieza de la forma más fiel a la original».

Los artistas moldavos llegan a las Islas tras cuatro años de realizar una gira por nuestro país. Esta vez Mallorca sí que ha estado en su calendario. «Al público español le gusta mucho este tipo de espectáculos», apuntaba Badica.

Según el propio director, las 12 bailarinas y los 14 bailarines de entre 18 y 25 años que conforman este ballet clásico ensayan, como mínimo, tres horas al día. Nadeajda Scepaciova es una de las solistas del Ballet Nacional de Moldavia. Estos años está cumpliendo su sueño. «Estoy muy contenta de trabajar como bailarina. Quiero ser muy famosa en un futuro. Pero lo que más me gusta es el trabajar para que el público que asiste a mis funciones esté contento».

Egor Scepaciov, otro de los solistas que conforman el elenco, tiene las mismas preocupaciones. «Cuando ensayo lo único que me interesa es que el público esté satisfecho con la función». Tanto los dos solistas como el director son unos firmes creyentes en la forma de trabajar de los países del este dentro de ese mundo en el que se mueven. «Todos los artistas de esa zona somos muy parecidos, no hay otra forma de representar un espectáculo de estas característica dentro del ballet clásico», manifestaron.