O eran bombos o truenos. Algo se oía desde el centro de Palma y, acostumbrados como estamos a que la tostada, en la versión mallorquina, caiga del lado de la mantequilla y en el fondo de algún pozo, evitar ser agoreros tenía su qué. Pero el PITCH arrancó con la normalidad que puede arrancar un festival con más de veinte artistas en cartel y que se celebra por primer año. Además, excepto para la Feria de Abril, está por demostrar que Son Rossinyol sea un buen sitio para celebrar allí algo. En el recinto se había tres escenarios, cada uno destinado a un tipo de ambiente, aunque ninguno se saliera demasiado de la música de baile. El primero, tenía como cabezas de cartel a Carl Cox y a Dave Clarke, el segundo a Erick Morillo, y el tercero estaba destinado al house matemático y fractal del sello de Colonya, Alemania, Kompact.
En el primero fue donde Pedro Trotz ofreció su directo. Uno de los primeros atractivos de la tarde. Trotz es uno de los veteranos de la escena electrónica, ya no sólo local sino también nacional. Cuando los guitarristas aún abominaban de la «música hecha con máquinas» y aún no habían descubierto lo bonita que es la vida con el Fruity Loops, él ya se dedicaba a intercambiar cassettes de proto-electrónica con miembros de Esplendor Geométrico. En el PITCH mostró su versión techno y bailable. El testigo lo cogería el también mallorquín Àngel Costa, uno de los mejores dJ de techno del estado y compañero de Trotz en el colectivo Tecnofamilia.
Otro miembro ilustre del grupo es Kiko Navarro, que presentaba con su banda, un despliegue de hasta trece miembros, su primer álbum de estudio. A juzgar por lo visto en PITCH, «Perceptions of Pacha», reincide en el house que siempre ha pinchado Navarro, otro de los isleños que se dedican a alegrar las cabinas de medio mundo: latinizado, hedonista y con una presencia vocal intensa cuando es necesario. En el escenario pequeño, mientras, ya había empezado a pinchar Mov.e, un tipo versátil entre los grandes pinchadiscos de la Islas. A esa hora ya empezaban a aparecer algunos pesos pesados, como Angel Molina y Erick Morillo. La organización había previsto irlos dosificando durante la noche para que no acabara coincidiendo todo al mismo tiempo y todavía había que ver a The MFA, el 2020 Soundsystem de Ralph Lawson y a Superpitcher. Y a Clarke y Cox, claro, para seguir con el eterno, e inútil, debate de quién es mejor.
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