Antoni Canet, con Elías Querejeta, el pasado sábado en la Seminci.

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M.LOSHUERTOS

Después de alzarse con el premio al mejor documental en el Festival Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) con «Las alas de la vida», que narra en primera persona el «tramo final» de la vida del médico gallego pero mallorquín de adopción, Carlos Cristos, el director valenciano Toni Canet asegura sentir «una gran satisfacción» por el reconocimiento, que le ha abierto las puertas para presentarse a más de una decena de festivales internacionales.

-¿Qué le supone ganar con «Las alas de la vida» la Seminci en el apartado «Tiempo de historia»?
-Para mí es una gran satisfacción, me llena de placer y de orgullo porque éste es un festival de gran calidad en el que compiten grandes productores y documentales de todo el mundo. Además es un reconocimiento al esfuerzo de todo el equipo y también al esfuerzo realizado por Carlos Cristos y su familia, que nos ha abierto el corazón.

-¿El hecho de haber conseguido este reconocimiento le abre nuevas oportunidades en el exterior?
-Sin duda. El de Valladolid es un certamen de gran calidad cinematográfica y a partir de ahora lo proyectaremos en unos otros quince o veinte festivales internacionales.

-¿Cómo ha vivido el proceso de creación del proyecto?
-Desde que recibí la llamada de Carlos he estado conviviendo con él y su familia una semana de cada mes durante tres años. Para Carlos, que ha tenido la suerte de vivir para ver el reconocimiento de nuestro trabajo, ha sido como la culminación de lo que ha sido el norte de su vida: la divulgación de temas científicos y la defensa de la sanidad pública.

-¿Cuál es el planteamiento central del documental?
-Arranca de lo que es particular, la vida del médico Carlos Cristos, afectado por una enfermedad terminal, la Ataxia Múltiple Sistémica, para reflexionar sobre un tema que es universal: el final de la vida. Este planteamiento nos ha permitido entrar de pleno en temas difíciles como la donación de órganos, los cuidados paliativos o los tratamientos alternativos, entre otros.

-¿Cómo se hace para hablar de todos estos temas sin hacer un drama?
-Se trata de abordar la historia con una sonrisa desde el principio. Hemos huido de cualquier sentimentalismo aunque es un tema que evidentemente conmueve. Es como si hubiéramos escalado una montaña sufriendo pero que al llegar a la cumbre pensáramos: ha valido la pena. Además, el hecho de que Carlos sea médico ha aportado serenidad, tranquilidad y vitalidad para abordar el proyecto.

-¿Qué hay de sentimiento y qué hay de ciencia?
-El documental transita al 50% entre el corazón y la cabeza. La filosofía de la película es llegar a todos los públicos y servir de reflexión y ayuda. Sería un error pasar por la vida de un enfermo sin plantear el tema de la muerte.

-La cinta se proyectará en el congreso de la Sociedad Española de Médicos de Familia que se celebrará en Valencia. ¿Por qué?
-Es un pase especial, un homenaje a Carlos Cristos, que siempre ha sido un gran luchador de la sanidad pública.