Coco Meneses trata las desigualdades sociales en 'El héroe de Berlín'

«No sé si has reparado en que continuamente buscamos desnudar a la gente. No me refiero a la desnudez artística, tampoco a la sicalíptica, erótica y hasta pornográfica. No, es otra clase de desnudez. (...) Tú y tantos otros buscan con denuedo penetrar en el interior de la persona elegida, transitar por esa interioridad como si se tratara de un conjunto de calles, de un pueblo o de una ciudad». Estas palabras son la carta de presentación de la última novela de Coco Meneses (Lima, 1964), El héroe de Berlín (Editorial San Marcos, 2006).

Tras más de cuarenta años residiendo en Mallorca, Coco Meneses ha vuelto a introducirse en el ambiente de su país natal, Perú, a través de «una historia que tiene de realidad y de ficción». En este relato, como ya desvelan sus palabras introductorias, «lo más importante es la trayectoria del protagonista, que gracias a su audacia da un salto cualitativo en la escala social. De un pasado económicamente humilde, desheredado de la suerte, y en el que sufre las consecuencias de las desigualdades raciales por ser cholo (mestizo), este personaje consigue forjarse un futuro opulento desde el que busca la venganza».

Con El héroe de Berlín, el también colaborador de Ultima Hora Coco Meneses quiere dejar claro que «el escritor no sólo tiene que organizar una historia, sino que a través de ella debe volcar una serie de opiniones». Su mayor interés, «mostrar la injusticia que hay en la vida», por ello «el personaje central no es angelical, sino que se inclina más hacia lo demoníaco, debido al molde de resentimiento en el que se ha ido forjando». Así, el escritor ha dotado a José Farias con una sucesión de vicios, como el juego, el alcohol y las mujeres, así como de la posibilidad de «mirar hacia abajo, allá donde hay muchos otros seres que pertenecen a su mundo anterior» porque, reconoce, «muchas veces se comienza mirando hacia el norte y se puede terminar en el este o en el sur. La literatura, y sobre todo una biografía con ficción incluida, tiene eso y creo que ahí está el encanto».