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JAVIER J. DÍAZ

Hay cosas que no se separan nunca. Sino que se lo digan al mallorquín Carles Domenech. Hace una década cogió sus maletas y se fue a Madrid, a la aventura. Iba para actor, sin embargo, el azar quiso que acabara siendo un músico. Diez años al lado de Rosana en los que rompió lunas, las volvió a crear, y se atrevió a pensar que podía volar solo, pero a la vez con ella. El próximo 21 de noviembre presentará su primer trabajo, Como aire, publicado bajo el sello de la discográfica de la compositora canaria, en el Auditòrium. Domenech sabe lo difícil que es triunfar en su sector, aunque como él dice vivió todo el «fenómeno Rosana» junto a ella. «No creo que sea más fácil tener éxito porque te apadrine alguien, salvo que salgas de Operación Triunfo, y ni eso te asegura nada», apuntó el mallorquín, que matizó que el mundo de la música «está temblando».

Domenech tiene claro que las directrices en su camino en solitario van a ser «dejarse llevar sin miedo y bebiendo de muchos estilos», aunque sabe perfectamente que las comparaciones con Rosana van a ser inevitables. «Soy consciente de que he bebido de ella porque en mis canciones también priman las letras», sentenció. Sin embargo, este cantautor ni se plantea convertir su primer trabajo Como aire en un éxito, como le sucedió con Lunas rotas hace diez años a la canaria. «Soy consciente de mis limitaciones, el panorama musical está mucho más intoxicado ahora que antes y no tengo una campaña como la tuvo ella. Espero que funcione el 'boca a boca'», señaló.

Domenech definió su primer trabajo discográfico como «una brisa fresca», calificándolo de «hetéreo» y «sin pretensiones». Para este mallorquín afincado en Madrid, lo más importante es todo lo que ha trabajado, algo que se podrá comprobar el martes que viene en el Auditòrium. «Lo he hecho con ganas, es un sueño que quiero compartir y espero poner la piel de gallina cuando cante las canciones del disco», concluyó.