La Fundació Joan Miró de Barcelona inauguró ayer Joan Miró 1956-1983. Sentiment, emoció, gest, una exposición compuesta por 40 obras realizadas durante los dos últimos decenios de vida del pintor, cuando Miró residió en Mallorca.
La familia Miró ha prestado para la exposición tres cuadros, de los 14 que tiene de la época. La obra titulada Pintura (Per a David Fernández Miró), creada en 1964, se cederá al Govern durante 10 años, a partir del final de la exposición, en febrero. El gesto es, según el nieto del artista, Joan Punyet Miró, «una forma de agradecimiento por parte de la familia, por las facilidades mostradas por el president Matas, en relación a la ayuda que nos ha ofrecido en la tramitación de la herencia de mi madre». El cuadro se ubicará en la sede del Govern, aunque aún no se ha decidido el lugar exacto.
Se da la circunstancia de que la inauguración coincidió con el último acto cultural de Pasqual Maragall, como presidente de la Generalitat. El socialista relató que «para explicar la historia de Catalunya con tres palabras, una sería sin duda Miró, por su color, simbolismo y fuerza». La ceremonia de apertura contó con Francisco González, presidente de BBVA; Rosa Maria Malet, directora de la Fundació Miró en Barcelona; y Eduard Castellet, presidente de la Fundació Joan Miró.
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