Imagen de archivo del pintor Antonio Calvo Carrión.

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NURIA ABAD

El Museu d'Art Modern i Contemporani de Palma Es Baluard acogerá en junio una muestra antológica de la obra de Antonio Calvo Carrión (1921-1979), mallorquín de adopción y creador de una tendencia artística propia que él denominó Universalismo. Esta exposición se exhibirá posteriormente en el Museo de Bellas Artes de Shanghai como inicio de una serie de intercambios entre Balears y la provincia china, según explicó ayer a Ultima Hora la coordinadora de Acción Cultural del Consulado General de España en Shangai, Angela Buades.

«Esta iniciativa se enmarca en el Año de España que China va a celebrar durante 2007 y enlaza con la organización en Shangai de la Exposición Universal 2010», en palabras de la joven diplomática mallorquina, que añadió que «en China hay un auténtico interés por la cultura española y, especialmente, por eludir los tópicos y descubrir a los grandes maestros». En este sentido, el Consulado General de España en Shangai también se encuentra en negociaciones para llevar hasta el país oriental la exposición sobre Joan Miró y el mundo de Ubú que ya se pudo ver a principios de año en Es Baluard, así como las cerámicas de Picasso que pertenecen al fondo del museo. Buades confirmó que una delegación de China se desplazará hasta Palma en marzo para cerrar futuras colaboraciones.

Las buenas relaciones entre Balears y Shangai quedaron selladas el mes pasado con la promoción de productos Cinco Estrellas llevada a cabo en la provincia china por la Conselleria de Comerç, Indústria i Energia del Govern. «Este vínculo entre nuestras Islas y China va a ir a más teniendo en cuenta el aumento progresivo que va a vivir la comunidad china en nuestro territorio», en palabras de Buades. Respecto a la exposición que Es Baluard dedicará a Antonio Calvo Carrión hay que decir que éste fue un artista elogiado por la sociedad mallorquina. Nacido en el municipio sevillano de La Algaba, fue discípulo de Vázquez Díaz y se dedicó especialmente a las naturalezas muertas y los retratos. Fue en plena madurez cuando tomó conciencia de la necesidad de un cambio en su arte, lo que motivó su «teoría universalista». En 1965 publicó un manifiesto en el que señalaba que el universalismo debía ser una mentalidad reflejada en la pintura. El desarrollo plástico se expresa en una serie de obras realizadas con una paleta de carácter tradicional en el que la figura constituye un universo mágico que entronca con toda la tradición del arte fantástico ajeno al surrealismo.