Daniel Monzón, ayer en Palma, donde preestrenó su nueva propuesta cinematográfica. Foto: MIQUEL ÀNGEL CAÑELLAS

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LAURA MOYÀ

El proceso de creación de La caja Kovak empezó cuando Daniel Monzón rodaba El robo más grande jamás contado. Desde el principio supo que sería un filme de acción, claustrofóbico, rodado en Mallorca y con una clara intención: impactar al espectador. El mallorquín ideó el guión, luchó por conseguir actores de primer nivel y por obtener una financiación que le acercara a una superproducción. El resultado de todas estas variantes puede verse desde hoy en 180 salas de todo el país. Después, el mundo entero, ya que la cinta se estrenará en toda Europa, Asia, Estados Unidos y Latinoamérica.

-¿Qué se siente cuando un proyecto consigue el objetivo inicial, ser una producción que pueda verse en todo el mundo?

-Una gran satisfacción por haber cumplido con ello y un gran orgullo porque ha quedado bien. Estoy contento por las críticas recibidas.

-Siempre supo que Mallorca debía ser un personaje de la trama.

-He retratado la Isla con mucho cariño. Mi anhelo era rodar en un plató lleno de contrastes, que combinara zonas degradadas con otras de naturaleza desatada. Precisamente, opté por Mallorca porque me ofrecía lo que buscaba, el contraste entre una historia oscura y un sitio luminoso que hace que el drama se intensifique. Es la mejor opción para ambientar una pesadilla.