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A.HERNÀNDEZ

Las obras de rehabilitación de Can Sabater en Binissalem, casa en la que residió Llorenç Villalonga, están llegando a su recta final y ya se vislumbra el resultado de todo el proceso de reforma, que culminarçá en abril. La arquitecto, Neus García Iniesta, afirmó que «las obras podrían acabar en dos meses» y se mostró muy satisfecha con el resultado de la rehabilitación porque «ha hecho aflorar la personalidad del edificio». A día de hoy, las obras se centran en la planta baja de la casa y en el corral. En el exterior, se está restaurando la lavandería, que conserva elementos tradicionales, y las cocheras, que alojarán el coche que Villalonga utilizó en vida. La planta noble ya está casi lista.

La consellera de Cultura del Consell, Dolça Mulet, inspeccionó visitó ayer la reforma y explicó que «a parte de disponer de un espacio expositivo nuevo, esta casa supone la creación de un museo, porque cada habitación, además de conservar sus elementos propios de la época en que vivió en ella Llorenç Villalonga, también alojará objetos personales del escritor». Mulet aprovechó esta visita para avanzar que «el Consell cumplirá su compromiso y antes de que acabe la legislatura estará lista la restauración de la casa museo del Padre Ginart en Sant Joan y el proyecto de la de Blai Bonet en Santanyí».