Nicolás Forteza: «El paisaje se ha de hacer y no copiar»

Nicolás Forteza (Felanitx, 1918) expone una colección de sus Paisajes y Marinas desde el 26 de enero al 3 de marzo en la galería Standarte de Palma (C/Puigdorfila). Lejos de la expansión urbanística de la Isla, que ha revolucionado nuestros sentidos en las últimas décadas, el pintor rescata en sus paisajes, mayoritariamente de la Serra Nord, resquicios todavía nítidos.

Espátula en mano, mezcla, en la representación paisajista más clásica, gruesas pinceladas lisas que sacan brillo al óleo, jugando, así, con la luz, con otras más rugosas.

Dice el artista que «el paisaje se ha de hacer y no copiar», así que transfigura el paisaje y lo arremolina lo suficiente en las lejanías marineras y en las perspectivas de monte o de bosque, pero no en las urbanas, en las que prefiere el equilibrio postcubista, ritmo sencillo basado en formas geométricas de colores planos y vivos. José Camón Aznar (1898-1979), que fue director del Museo Lázaro Galdiano y de la Revista Goya, destacó en escritos sobre Forteza la «luz mesurada, con brillos estrictos y lejanías que los ojos dominan...tierra de ver y tierra de gozar». Realmente, el espectador se pierde en los horizontes de sus paisajes, se queda visualmente atrapado.

En 2005 recibió la Medalla Carracido de plata de la Real Academia Nacional de Farmacia por su labor pictórica, y es que, siendo farmacéutico de carrera, elabora sus propios colores consiguiendo esos azules de claridad clásica tan personales. Ni el tiempo ni el espacio existen en la mente lúcida de este artista. A su edad sigue trabajando, pintando y exponiendo, aunque como hijo de su generación huye de ser «amanerado».

Nicolás Forteza trabaja con la cabeza, además de con las manos. Unas doce pinturas del artista se pueden contemplar en una de las galerías de arte contemporáneo de Palma.