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El artista pollencí Amador triunfa con su obra en la galería Michael Schultz de Berlín, donde se expone bajo el título Frontera de luz y donde el día de la inauguración contó con la «inesperada» presencia del presidente de la República Federal de Alemania, Horts Köhler, y de otros artistas internacionales como Dokoupil. En las salas de la Michael Schultz, la galería habitual del artista en Alemania, la muestra gira en torno a la pieza En la barca de la llum tots i volem anar, una instalación que consta de un cayuco a tamaño natural realizado en fibra de vidrio, resina de poliéster y madera en el que «viajan» en busca de sus sueños una serie de figuras, «cuerpos amorfos», sin rostro, mediante los Amador lleva años indagando en «la problemática del hombre moderno en el contexto de la globalización».

La pieza entronca con la realidad que viven los inmigrantes que llegan cada día en pateras a nuestras costas, y aunque Amador confiesa que al crearla no tuvo una intención de denuncia social, añade que resulta inevitable que su trabajo se convierta en un «reflejo de la tensión, de las cosas que suceden a mi alrededor» y apunta que el fenómeno de las corrientes migratorias que han inspirado esta pieza «no es sólo un fenómeno europeo, sucede también en Estados Unidos, en Asia, porque todo el mundo quiere subirse a la barca de la luz para ir en busca de sus sueños». Amador recoge «esas situaciones, que son realmente dramáticas» y les da forma cargándolas de potencia ya que, en su opinión, los artistas no pueden vivir «ajenos» a la realidad del mundo. «Pienso que debemos ser transmisores de las cosas que están sucediendo».

Amador comentó que justo cuando visitó su exposición, el presidente alemán acaba de regresar de un viaje de cooperación por diversos países de Àfrica y que «inmediatemente captó el sentido de la pieza ya que es una persona que está muy sensibilizada con estos temas». En la barca de la llum tots i volem anar ha sido solicitada al artista para que forme parte de una colectiva en el museo de arte moderno, Kuntshalle, de la ciudad alemana de Rostock, al norte del país. No es la primera obra de este significado que ha presentado el artista en sociedad. Su primer cayuco lo expuso en la pasada Nit de l'Art y se convirtió la pieza más fotografiada. Amador, que acaba de regresar de Alemania tras la inauguración, comenta que el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga le ha solicitado una exposición individual.