Josep Carreras, durante un momento de su actuación. Foto: MIQUEL ÀNGEL CAÑELLAS

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JAVIER J. DÍAZ

El tenor Josep Carreras demostró ayer que no sólo el artista Miquel Barceló tiene tirón para llenar la Catedral de Mallorca. Lo hizo anoche, ante más de 3.600 personas y por una causa benéfica: la lucha contra la leucemia. El cantante catalán ofreció en la Seu un recital en el que demostró porqué es uno de los mejores tenores de la historia.

Su potente voz, su solera, y su capacidad para conectar con el público se hicieron patentes nada más romper el silencio con el tema Già il sole del Gange de Scarlatti -la primera canción que interpretó- bien acompañado al piano por J. Bavaj, y que comenzó a cantar nada más salir al improvisado escenario, debajo de la obra de Gaudí, entre una gran ovación del público asistente.

Minutos antes, el concierto había levantado mucha expectación. Cuando el reloj todavía no había marcado las 20.00 horas -comenzó una hora después-, los asistentes ya hacían cola para entrar en el templo palmesano. La expectación se dejó notar. En algunos momentos, la cola llegó hasta la puerta del Ajuntament. El desfile de invitados comenzó a gotear por la puerta de la Seu. La vicepresidenta del Govern, Rosa Estaràs; el conseller de Turismo, Joan Flaquer; la presidenta del Consell de Mallorca, Maria Antònia Munar; el presidente del Parlament, Pere Rotger; el gerente del Ibatur, Raimundo Alabern; la teniente alcalde de Turismo, Francisca Bennàsar y Joan Darder, presidente del Cabildo, acudieron al acto.