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MARIANA DÍAZ (MADRID)
Aún no eran las doce de la mañana cuando los primeros puntos rojos -confirmación de venta- junto a los autorretratos punteados y los vídeos de Amparo Sard, en la galería Ferran Cano, auguraban un buen inicio para los galeristas y artistas mallorquines presentes en Arco 2007, la feria internacional de arte contemporáneo de Madrid que esta mañana inaugurarán los Reyes y que cuenta con menor representación balear respecto a los últimos años. Corea es el país invitado en una edición muy internacional que Lourdes Fernández, la nueva directora, define de «transición».

Sólo seis galerias baleares, todas mallorquinas, han pasado el filtro del comité seleccionador de la feria. Son, además de la citada Ferran Cano, Xavier Fiol, Pelaires, Maior, la alemana Jule Kewening y Horrach Moyà. Esta última, seleccionada en el apartado Proyectos con obras de Susy Gómez, -cuyo trabajo se exhibe en Arco en cinco galerías-, de Girbent, que ofrece aquí un adelanto de la que será su próxima exposición en Palma, y de Carles Congost.

El Arco más internacional, con un notable incremento de galerías extranjeras, 187 frente a 84 españolas, desprende «un perfume muy importante», decía ayer Pep Pinya, y Xavier Fiol añadía: «Es una feria para disfrutar». Ambos coincidían en el «importante nivel de calidad», la mayor «presencia de coleccionistas extranjeros» y la «necesidad de estructuras para acercar el arte español al exterior», asignatura pendiente para la que es necesario «voluntad política» porque «el esfuerzo de los galeristas no resulta suficiente».