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NURIA ABAD

«El tiempo pasa, los lugares permanecen». Ésta es la máxima del escultor Richard Long (Bristol, 1954), uno de los más destacados representantes de la corriente del land art, que ayer ultimaba la instalación de su escultura Cinc camins en el Parc de Ses Estacions. Esta pieza, que ha costado 150.000 euros y que emula «un jardín japonés cuya finalidad es ser contemplado», en palabras de su autor, fue concebida en 2004 y presentada en la galería Sequeira en Portugal con el nombre original de Five Paths. Ahora, Long la ha modificado e integrado en el renovado parque de Palma.

El presidente Jaume Matas recibió ayer en audiencia al artista británico, que acudió acompañado por los galeristas Mario Sequeira y Xavier Fiol. Según afirmó Fiol a su salida del Consolat de la Mar, Matas invitó a Long a hacer uso de la sala del Aljub de Es Baluard para unas de sus intervenciones, que en España se han podido ver en el Palacio de Cristal del Parque del Retiro madrileño en 1986, en el Espai Poblenou barcelonés en 1992, en la sala de exposiciones de la Diputación de Huesca en 1995 y en el Museo Guggenheim de Bilbao en 2000. El escultor, aceptó encantado y hoy visitará el espacio.

Cinc camins es un jardín realizado con piedras de granito, «un lugar que invita a la meditación», en palabras de Long, que se adscribe en la estética de la filosofía zen, en la que ya en los años sesenta encontró una confirmación acerca de sus ideas sobre la naturaleza. El escultor británico hace uso de las formas geométricas que lo podrían contactar con la herencia de la escultura minimalista, pero definiéndose «con la experiencia de encuentro con el paisaje».