TW
0

LAURA MOYÀ

«Incompetente, arbitraria y persecutoria». Con estas palabras definieron ayer Jordi Banal y Pere Fullana, de Iguana Teatre, la política cultural que el Consell de Mallorca ha llevado a cabo los últimos cuatro años, desde que Dolça Mulet está al frente. Si esta dinámica no cambia, la formación se plantea separarse.

Los miembros de la compañía denunciaron el sistema de producciones y de coproducciones de la Fundació Teatre Principal, basado en «contratar y promocionar a los amigos e ignorar a los que se atreven a criticar su gestión», y el desconocimiento en materia teatral de sus encargados, «Gabriel Coll y Pere Caminals». «Se están utilizando fondos públicos para perjudicar a Iguana y a los miembros de la Associació Balear d'Empreses Productores de Teatre (ABET), cuyos directores no han participado en ninguno de los 14 montajes que ha producido el Principal».

Una política de producciones que califican de «errática, pobre de contenidos y propuestas y clientelista» y un sistema de coproducciones «marcado por los colaboradores habituales, por empresas ficticias creadas para realizar montajes concretos y por otorgar ayudas fuera de convocatoria». Fullana y Banal aseguran tener constancia de «la existencia de listas negras de profesionales no afines, entre los que se encuentran los de la ABET, y listas blancas de actores y directores no conflictivos».