Imagen del Museu Diocesà con el Sant Jordi de Pere Niçard listo para ser colgado. Foto: TERESA AYUGA

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MARIANA DÍAZ

El retablo de Sant Jordi que pintó Pere Niçart en el siglo XV, entre 1468 y 1470, será la pieza estrella del Museu Diocesà que se inaugurará el próximo lunes en el Palau del Bisbe tras una reforma que ha permitido ampliar el espacio expositivo hasta 2.000 metros.

La actividad era frenética ayer en las nuevas instalaciones del museo. Montadores, limpiadores y técnicos de seguridad trabajan a destajo mientras siguen llegando piezas y se desembalan las que ya llevan allí unos días. El Sant Jordi, aunque ayer aún no estaba colgado, ya mostraba sus limpios colores, -conseguidos tras la restauración a que fue sometido en el taller de José Maria Pardo-, junto a la pared donde muy pronto podrá ser admirado por todos, situada en la zona que ocupaba el museo antes de la reforma, ya que los 2.000 metros cuadrados que ahora.

Pero aún es pronto para saber cómo quedará el montaje, que se lleva a cabo según el proyecto museográfico diseñado por la historiadora del arte Lidia Homs y cuyo contenido se basa en un concepto claro, mostrar la historia de la religiosidad en Mallorca a través del arte, con gran incidencia en el medieval y barroco, aunque el mobiliario diseñado por Gaudí para la Seu a principios del siglo XX también ocupará un lugar preferente.