«Los Setze Jutges nunca nos disolvimos porque no existían unos estatutos. Sencillamente, algunos de nosotros empezamos un camino profesional y, el resto, continuamos por otro». Con estas palabras resumía Joan Ramon Bonet los motivos de la desaparición del grupo hace 40 años. El pasado viernes, el Parlament de Catalunya quiso reconocer su impulso a la Nova Cançó entregándoles la Medalla d'Or de la institución.
«Fue un acto muy emotivo, muy hermoso. Hacía casi 40 años que no nos veíamos todos juntos». Aún así, faltaban dos de los principales promotores, Miquel Porter y Delfí Abella, que fallecieron, y Guillermina Motta, que no quiso asistir. El resto sí estuvo presente: Maria del Mar Bonet, Lluís Llach, Joan Ramon Bonet, Francesc Pi de la Serna, Enric Barbat, Xavier Elies, Maria del Carme Girau, Martí Llauradó, Maria Amèlia Pedrerol, Joan Manuel Serrat, Remei Margarit, Josep Maria Espinàs y Rafael Subirachs.
Cuarenta años después, su lucha, «la normalización del hecho de cantar en catalán», sigue estando vigente en un momento en que «las emisoras de radio ignoran a los grupos que escogen cantar en nuestro idioma», según Joan Ramon Bonet.
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