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AGENCIAS

La vida y la obra del escritor Amos Oz (Jerusalén, 1939) está marcada por una búsqueda de la aspiración poética, heredada de su familia, emigrantes rusos y polacos, y por el afán de entendimiento entre judíos y palestinos.

El escritor israelí Amos Oz fue galardonado ayer en Oviedo con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2007 en reconocimiento a «la defensa de la paz entre los pueblos» que ha hecho en su obra, así como por «la denuncia de todas las expresiones del fanatismo».

El acta del jurado que otorgó el premio, que fue leída por su presidente, Víctor García de la Concha, también destacó que Oz «ha contribuido a hacer de la lengua hebrea un brillante instrumento para el arte literario y para la revelación certera de las realidades más acuciantes y universales de nuestro tiempo».

Reconocido internacionalmente, traducido a más de 30 lenguas y considerado uno de los autores más importantes de la narrativa hebrea contemporánea, Amos Oz es uno de los intelectuales más comprometidos con el proceso de paz en Oriente Medio, una actividad que también encauza desde el movimiento político Paz Ahora, que él mismo fundó. Oz siempre habla del derecho a existir de los pueblos israelí y palestino y del diálogo como única solución.

Con fina ironía, y un estilo sutil para bucear en el sentimiento humano, Amos Oz es un admirador de Chejov, de quien se considera discípulo, y es ya autor de una larga lista de títulos. En España se dio a conocer en los ochenta con novelas como Mi marido Mikhae, La caja negra, Las mujeres de Yoe, No digas noche, Para conocer a una mujer, Una paz perfecta, La tercera condición, El mismo mar o Una historia de amor y oscuridad, entre otros. Actualmente es profesor titular y posee la cátedra Agnon de literatura hebrea en la Universidad Ben Gurion de Néguev en Beer Sheva.

Amos Oz aseguró ayer estar muy «honrado» por haber sido galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2007, porque este reconocimiento viene de un país, España, cuya cultura admira. «En tanto que gran amante de la literatura española e hispanoamericana, es para mí un honor particular ser reconocido con este premio», afirmó.

Por su parte, la ministra de Cultura, Carmen Calvo, valoró la concesión del premio a como un galardón «merecido, oportuno e impecable» a un autor que «ha aportado un discurso realista y necesario de la paz en Oriente Medio».