La última gala de los premios literarios se celebró en el Castell de Bellver.

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LAURA MOYÀ

Hace tres años, la decisión de Cort de incluir dos nuevos premios Ciutat de Palma en castellano desató la polémica. La sociedad literaria balear se dividió entre los que apoyaban la decisión del Consistorio y los que se manifestaron en contra, siendo mayoría los segundos. Ahora, el nuevo ayuntamiento apuesta por eliminar el castellano y mantener el Llorenç Villalonga de narrativa y el Joan Alcover de poesía, ambos en catalán. Una encuesta entre escritores y editores muestra la buena aceptación de la primera decisión de la concejal de Cultura, Nanda Ramon. Nadie critica la existencia de un premio en castellano, pero sí la utilización de los Ciutat de Palma para instituirlo.

MIQUEL BEZARES
MVicepresidente de la Associació d'Escriptos en Llengua Catalana

«Desde el principio, la AELC se posicionó en contra de convertir los Ciutat de Palma en bilingües. Por eso estamos contentos del regreso a la normalidad. Nunca deberían haber sido bilingües. Ahora, hay que hacer todo lo posible para potenciarlos y prestigiarlos todavía más. No estamos en contra de los premios literarios en castellano, pero no deben colisionar. Además, el prestigio de los galardones en catalán no es equiparable al que han conseguido durante estos años el Camilo José Cela de narrativa y el Rubén Darío de poesía».

ÀLEX VOLNEY
MEscritor
«Como autor tengo un gran respeto hacia las personas que escriben en castellano, no tengo nada en su contra, pero nunca estuve a favor de unos premios bilingües. Sin embargo, tampoco veo como un hecho negativo que se instauraran en castellano. Sí me parecería mal que el Camilo José Cela o el Rubén Darío se priorizaran a los Ciutat de Palma en catalán, aunque creo que no tenemos que ser más papistas que el Papa».

ANTÒNIA VICENS
MEscritora
«Desde 1977, los Ciutat de Palma siempre habían sido exclusivamente en catalán. Me habría defraudado el nuevo equipo de gobierno del Ajuntament si no hubiera restituido la normalidad. El invento caía por su propio peso, no tenía ningún sentido. Los escritores en castellano pueden participar en muchos certámenes literarios. La propuesta que la AELC hizo a Cort cuando empezó la polémica fue que se instaurara un nuevo galardón en castellano diferenciado, pero no se hizo. Los Ciutat de Palma eran una referencia y, ahora, han perdido parte de su prestigio».